20.6.08

Su vida.

Él, cuyo rostro anónimo se había convertido retrato conocido de sus andanzas como escritor, había pasado desapercibido durante todos aquellos años de atrás, durante los cuales había vivido en su estudio de cuarenta metros cuadrados, de mobiliario constituido únicamente por su cama, los electrodomésticos de la cocina, su estantería llena de libros y por supuesto, su mesa, sobre la cual reposaba un anticuado ordenador...había vivido completamente solo, en la soledad de aquel panorama, mientras trabajaba como vendedor y escritor a ratos perdidos, vida que después le conduciría a un destino mucho mejor.
Sin duda, su vida había dado un giro de trescientos sesenta grados, pero aún faltaban cabos sueltos que unir de alguna forma; el tiempo restante que le sobraba, tras las giras con las editoriales y el tiempo prefijado para escribir, no daba lo suficiente de sí, o al menos no tanto como para hacer de su vida algo más feliz. Años después de su triunfo, logró casarse y tener un hijo, consiguió también otra casa -aunque sin abandonar del todo ese viejo estudio-, y dos coches...según mucha gente, el sueño de cualquier persona; pero no, no debía ser así, pues tras largos ratos de reflexión, se vio sumergido en un torbellino de sucesos y emociones de las que no lograba escapar. Toda la ciudad se había enterado ya de las infidelidades de su mujer con otros hombres, e incluso, con sus editores; quizá gran parte de sus conocidos también se había enterado ya de las palizas que recibía su único hijo, por llevar el apellido de el escritor supuestamente famoso al que sólo leían los faltos de otros motivos para vivir.
Su respuesta fue contundente, dejó de ilusionarse con esa supuesta vida que se había ganado; llegó a pensar qué clase de lotería le había tocado para que todo sucediese de aquella forma, por qué a él, que tanto había trabajado le habían pagado con esa moneda. Cada noche regresaba a aquél estudio, mudo testigo de su trabajo y sus ilusiones echadas a perder, se sentaba en su silla y se dormía mirando las estrellas desde la ventana con un vaso de whisky en la mano; un buen día quiso rebelarse contra todo aquél sistema que lo dominaba, se rebeló contra su mujer, contra todos aquellos que se burlaban de un simple apellido, contra sus editores, contra el mundo entero incluso, y se dio cuenta que aunque no lograra todos aquellos sueños del pasado, que aunque no tuviera oportunidad de esa vida idílica en la que tanto había pensado, nunca sería tan feliz como en ese momento, en el cual había conseguido ser realmente él, en plena esencia, porque no se había dejado corromper por las burlas de la vida cotidiana, no se había dejado aplastar como tantos otros habían dejado...había logrado superar las barreras de la tristeza y la decadencia de fortuna; y por eso tampoco quiso volver a conducir su todoterreno y su descapotable, tampoco quiso volver a depender de todos los que le habían traicionado sin perdón, tampoco quiso volver a su casa de lujo y tampoco quiso dejar a su hijo en el olvido con un apellido que casi conllevaba más consecuencias para él que para sí mismo; de forma que volvió a su estudio, y logró olvidar todas aquellas noches con sabor a whisky y aparcó en un lugar sus ilusiones con la única perspectiva de vivir escribiendo, fuera con éxito o sin él.

19.6.08

Balance.

Creo que en alguna parte de este camino llamado vida me he olvidado algo importante.
Unos días está, otros días se ausenta de nuevo. Quiero decir, no está cuando me dan estos arranques como los de la actualización anterior, en las que, como casi todo adolescente, me gustaría mandarlo todo a freír espárragos (por no decirlo de otra manera). En primer lugar, creo que esto es bueno, es bueno expulsar todo lo que me hace sufrir, ¿y qué mejor manera que hacerlo escribiendo? pero por otra parte creo que está mal, porque aunque son pocos los que me leen, les estoy predisponiendo a que me vean como una persona que no hace más que sufrir, que no hace más que quejarse...y sí, en parte soy así, debo reconocerlo, pero por otra parte, soy alguien muy diferente, una persona que desea vivir, cuyos horizontes se amplian únicamente a una conversación interesante o simplemente escribir y disfrutar escribiendo; no quiero que se tomen imágenes falsas de mí, y creo que es la imagen que estoy dando siempre, incluso en persona. ¿Qué puedo decir de mí?. Eso, simple y llanamente. Mis ganas y mis ilusiones, mi antigua alegría y mis carcajadas sinceras están, aún están y creo que siempre estarán, pero cuando los momentos no son buenos, no se puede hacer nada por cambiarlos, excepto tener paciencia y ganas de cambiar a mejor.

Hoy mismo ha sido mi último día de clase, hoy he acabado 4º de la ESO, que desde mi punto de vista ha sido demasiado duro, no sólo por las asignaturas, que a parte de vocacionales debían de concordar con mis capacidades (que resultaron ser totalmente diferentes de las que yo creía); ¿resultado?, una media de 8,1 , no muy alta, pero teniendo en cuenta que me he salvado de suspender una, y que mi brillantez este año parece haberse esfumado, me conformo y procuro tomármelo como un premio, y como una clara señal de que mi camino definitivo está en Humanidades. Ha sido un año duro respecto a profesores, compañeros, asignaturas...todo ello me ha hecho aprender, como cada año, y quizá por ser el último año en la educación secundaria obligatoria me ha hecho aprender mucho más; durante meses pensé que odiaba el lugar en el que me encontraba, pensé que deseaba acabarlo todo, perder a todo el mundo de vista...y resulta ser que ahora me entristece ver cómo algo llega a su fin, a su tope, enviándome un mensaje claro: c'est fini. Ahora me esperará un nuevo mundo, quizá muy parecido a este, pero con la abismal diferencia de un verano. Teniendo un título en la mano (bueno, aún quedan unos días, pero como si lo tuviera), las cosas se ven de forma diferente, no me refiero a mi estado emocional, que para variar sigue igual, sino desde una conciencia paralela...veo que hay cosas que creí eternas en cierto momento, y que ahora, ni de lejos lo podrían ser. Me gustaría pensar que todo me irá bien si así deseo e intento que sea.

No me gustaría decir que a partir de hoy seré más positiva, porque igual mañana será otro día de arranques emocionales y vuelvo a escribir como antaño, de modo que prefiero dejarlo en un "ya se verá"

16.6.08

Tú.

Estás en el borde del mundo, parece que las emociones te traspasan.
En cierto momento te encuentras dentro de un lugar, y tan sólo al despistarte estás fuera. Fuera de todo. Y te disculpas a tí mismo, diciendo que has estado ocupado con exámenes en los que tu futuro está escrito, te disculpas de esa forma, como si tu vida fuera una simple cena a la que llegas con cinco minutos de retraso. Ni siquiera eres bueno inventando excusas para no hacer esto o lo otro.

Sí, es verdad, que a tí no te ha tocado vivir unas cosas que otras personas sí han vivido o vivirán, que tienen la libertad al alcance de su mano, y no saben mirar hacia donde describen su camino...esto te hace explotar, te odias, les odias. Odias toda esa envidia que te reconcome por dentro día a día, que te absorve, que está pegada a tí como una lapa. Odias bajar la mirada, ser intimidado. Odias...lo odias todo. Tienes unas ganas increíbles de romper cosas, de hundir a personas, quieres que todos se callen. Pero sólo puedes escupir tus pensamientos falsos y tus falsas sonrisas en forma de palabras invisibles a los ojos del mundo. Los escupes, los sueltas, porque es lo peor de tí.

Perteneces a una jerarquía extinta, a un mundo invisible en el que quizá eres tú el único superviviente; porque aún los demás parecen tener sus planes más organizados que tú, porque, simplemente algo hace que ellos puedan levantarse por la mañana y decir "venga, tú puedes", y que tú, lo único que sepas decir sea "horrible día, como todos". Crees aún que tu vida es algo en lo que puedas disculpar tus faltas con un "losiento, estaba ocupado", mientras los demás se dedican a vivir, y tú pones excusas a todo. Porque tienes miedo.

Los demás se han dedicado a arriesgarlo todo, ahora o después a vivir. Dime tú lo que has hecho.
Dices que te encuentras fuera de todo, es verdad, un día eres feliz por cualquier tontería. El siguiente día te das cuenta que lo único que habías hecho era olvidarlo todo momentáneamente, que habría un momento en el que tendrías que afrontar la verdad.
Y quieres gritarle verdades a todo el mundo, pero en el último momento, un nudo en la garganta siempre te lo impide.


Y cualquier día te pueden decir, dime que no sientes un nudo en la garganta, que puedes soltar palabras como si fuera el aire que respiras...Y tú no contestarías...

http://es.youtube.com/watch?v=IakDItZ7f7Q