Estás en el borde del mundo, parece que las emociones te traspasan.
En cierto momento te encuentras dentro de un lugar, y tan sólo al despistarte estás fuera. Fuera de todo. Y te disculpas a tí mismo, diciendo que has estado ocupado con exámenes en los que tu futuro está escrito, te disculpas de esa forma, como si tu vida fuera una simple cena a la que llegas con cinco minutos de retraso. Ni siquiera eres bueno inventando excusas para no hacer esto o lo otro.
Sí, es verdad, que a tí no te ha tocado vivir unas cosas que otras personas sí han vivido o vivirán, que tienen la libertad al alcance de su mano, y no saben mirar hacia donde describen su camino...esto te hace explotar, te odias, les odias. Odias toda esa envidia que te reconcome por dentro día a día, que te absorve, que está pegada a tí como una lapa. Odias bajar la mirada, ser intimidado. Odias...lo odias todo. Tienes unas ganas increíbles de romper cosas, de hundir a personas, quieres que todos se callen. Pero sólo puedes escupir tus pensamientos falsos y tus falsas sonrisas en forma de palabras invisibles a los ojos del mundo. Los escupes, los sueltas, porque es lo peor de tí.
Perteneces a una jerarquía extinta, a un mundo invisible en el que quizá eres tú el único superviviente; porque aún los demás parecen tener sus planes más organizados que tú, porque, simplemente algo hace que ellos puedan levantarse por la mañana y decir "venga, tú puedes", y que tú, lo único que sepas decir sea "horrible día, como todos". Crees aún que tu vida es algo en lo que puedas disculpar tus faltas con un "losiento, estaba ocupado", mientras los demás se dedican a vivir, y tú pones excusas a todo. Porque tienes miedo.
Los demás se han dedicado a arriesgarlo todo, ahora o después a vivir. Dime tú lo que has hecho.
Dices que te encuentras fuera de todo, es verdad, un día eres feliz por cualquier tontería. El siguiente día te das cuenta que lo único que habías hecho era olvidarlo todo momentáneamente, que habría un momento en el que tendrías que afrontar la verdad.
Y quieres gritarle verdades a todo el mundo, pero en el último momento, un nudo en la garganta siempre te lo impide.
Y cualquier día te pueden decir, dime que no sientes un nudo en la garganta, que puedes soltar palabras como si fuera el aire que respiras...Y tú no contestarías...
http://es.youtube.com/watch?v=IakDItZ7f7Q
En cierto momento te encuentras dentro de un lugar, y tan sólo al despistarte estás fuera. Fuera de todo. Y te disculpas a tí mismo, diciendo que has estado ocupado con exámenes en los que tu futuro está escrito, te disculpas de esa forma, como si tu vida fuera una simple cena a la que llegas con cinco minutos de retraso. Ni siquiera eres bueno inventando excusas para no hacer esto o lo otro.
Sí, es verdad, que a tí no te ha tocado vivir unas cosas que otras personas sí han vivido o vivirán, que tienen la libertad al alcance de su mano, y no saben mirar hacia donde describen su camino...esto te hace explotar, te odias, les odias. Odias toda esa envidia que te reconcome por dentro día a día, que te absorve, que está pegada a tí como una lapa. Odias bajar la mirada, ser intimidado. Odias...lo odias todo. Tienes unas ganas increíbles de romper cosas, de hundir a personas, quieres que todos se callen. Pero sólo puedes escupir tus pensamientos falsos y tus falsas sonrisas en forma de palabras invisibles a los ojos del mundo. Los escupes, los sueltas, porque es lo peor de tí.
Perteneces a una jerarquía extinta, a un mundo invisible en el que quizá eres tú el único superviviente; porque aún los demás parecen tener sus planes más organizados que tú, porque, simplemente algo hace que ellos puedan levantarse por la mañana y decir "venga, tú puedes", y que tú, lo único que sepas decir sea "horrible día, como todos". Crees aún que tu vida es algo en lo que puedas disculpar tus faltas con un "losiento, estaba ocupado", mientras los demás se dedican a vivir, y tú pones excusas a todo. Porque tienes miedo.
Los demás se han dedicado a arriesgarlo todo, ahora o después a vivir. Dime tú lo que has hecho.
Dices que te encuentras fuera de todo, es verdad, un día eres feliz por cualquier tontería. El siguiente día te das cuenta que lo único que habías hecho era olvidarlo todo momentáneamente, que habría un momento en el que tendrías que afrontar la verdad.
Y quieres gritarle verdades a todo el mundo, pero en el último momento, un nudo en la garganta siempre te lo impide.
Y cualquier día te pueden decir, dime que no sientes un nudo en la garganta, que puedes soltar palabras como si fuera el aire que respiras...Y tú no contestarías...
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