18.5.08

Todo.

Siento que todo se me escapa de las manos.
Siento que intento hacer las cosas bien, y nunca salen como esperaba; que mis fuerzas, mis ilusiones no son eternas, que se acaban, que están llegando a su tope. Todo el mundo dice que no dejemos de luchar, que sonriamos, que esperamos todo lo bueno que está por llegar...claro, eso lo dicen cuando un futuro esperanzador les espera a ellos. ¿Y yo qué tengo? ¿Y a mí qué me queda?
Ni siquiera puedo resistir estos 25 días lectivos que me quedan de clase, en total 150 horas, 9000 minutos, 540000 segundos...con mis compañeros de clase, con mis profesores, no puedo. No puedo resistir estos 7 días lectivos que me quedan en la escuela de idiomas, no puedo resistir hablar en francés y que cada dos palabras me corrijan, que un dichoso nudo en la garganta -que nunca me abandona- se apodere de mí, que me suden las manos, que tenga ganas de salir corriendo y nunca volver. No puedo creer que la mitad de mis planes para este verano se hayan esfumado para siempre, porque si hacía uno, no se cumplía, si hacía otro, tampoco...No puedo creer que tenga tantas ganas de acabar el curso, para luego pasarme todo el verano quejándome y lamentándome por no tener nada que hacer. ¡Pero es que no puedo más!
Parece que estoy destinada al fracaso, que ni siquiera una cosa puedo hacerla bien. Estoy harta de ir todos los días a clase y que allí se me ignore, o se me preste tanta atención que alguien acabe riéndose de mí y yo tenga que sacar a la persona que siempre escondo, a esa persona que es capaz de hacer daño a los demás con tal de que la dejen en paz, que es capaz de degradar a alguien con tal de que nunca más vuelvan a molestarla, algo relativo, ya que siempre vuelven las quejas, las risas, los comentarios, las miradas malintencionadas.
Estoy harta de darle pena a la gente, sé que mis sueños no se cumplen, pero hay veces que no puedo más, que necesito pasarme días encerrada en mi casa, odiándo a todo el mundo por ser más feliz que yo.
Odio a los adolescentes, odio sus comentarios jocosos...no puedes andar por la calle, tranquilamente, esperando que algo te ocurra para sonreír...para que pase a tu lado un grupo de adolescentes y te miren, y se rian a saber por qué estúpido motivo. Odio no saber ignorarles.
Estoy exhausta de tanta rutina, de que cada minuto de mi vida esté controlado por mí o por los demás; no soporto perder el autobús, que el conductor no me salude...pasarme todo un trayecto mirando al suelo, por no mirar a los ojos a los demás, con sus miradas reprochadoras...

Simplemente estoy harta de fingir quien no soy. Estoy harta de comprobar, que al comportarme como realmente soy, causo en los demás más rechazo que nunca, que me encuentro a cientos de kilómetros de quien me podría comprender, de gente a la que nunca conoceré. Estoy harta de quejarme, de lloriquear como una niña de cinco años, de no saber elegir un camino acertado...

Estoy cansada de las oportunidades perdidas.
Y simplemente quejarme, quejarme...

5 comentarios:

ANTONIO MENENDEZ dijo...

QUERIDA MARIA TERESA:
No entiendo muy bien a que vienen esas risas, a mi me pareces una niña adorable, (perdona por lo de niña, pero quizas por mi edad te veo como a una niña), intelectualmente hablando pareces muy viva, asi que no se a cuento de que vienen esas risas, bueno chica, te seguire leyendo con atencion y cariño

Anónimo dijo...

No sé qué comentarte, ya lo has dicho todo tú. La gente nunca es como se muestra, la bondad está mal vista y el humor ha quedado relegado a la crítica ajena como modo de defensa. Esas miradas, esas risas, esos comentarios... todo eso, lo vas a tener siempre. Tú decides otorgarle o no la importancia que merecen.

Me identifico mucho contigo cuando escribes sobre ti, recuerdo el día en que leí prácticamente todo tu blog y a cada cosa te sentía más cercana a mí, desde la distancia. Quien sabe qué pasaría si nos encontráramos, conmigo o con cualquier otro bloguero, quizás mostráramos nuestra otra faceta, la de defensa constante, la que está asquerosamente de moda, no sé. A veces dudo si puedo conocer a los demás, cuando realmente no me conozco ni a mí mismo en ocasiones.

"Lo bueno está por llegar" y una mierda. Lo bueno está cada día, no siempre, pero aparece de vez en cuando. No subornines tu vida a tus proyectos, tómalos simplemente como un complemento a ésta. Y desde luego, aspira siempre a más, siempre con ilusión, ten siempre la opción de mejorar lo que tienes. Muévete.

Bueno, no me enrollo más chica con nombre y ojo. Cuídate.

Viceversa dijo...

Sé que no soy quien de decirte esto, pues me doy por aludida en parte de tus líneas. Pero dejando de lado eso por unos instantes, repito, una vez más, que ánimo.
Que la vida a veces es injusta, muy injusta, sí, pero tenemos que ser fuertes. Que parece que nada sale como nosotros queremos, también, pero no por ello podemos dejarnos caer.
Sabes de sobra que tienes todo lo que hace falta para tener éxito en la vida, para ser feliz. Y sabes tambien que tienes esa fuerza que hace falta para sobrellevar todos y cada uno de los obstáculos que se interponen en tu camino; así que no la desaproveches, por favor.
Una vez una amiga me dijo que cuando no se cumplen nuestros sueños, debemos pensar que es porque la vida nos tiene preparado algo mucho mejor. Quien sabe, puede ser que estuviese en lo cierto :)

Me gustaría volver a "ver" a aquella chica que a pesar de las dificultades siempre estaba dispuesta a ser feliz.
Me gustaría saber que estás bien, que todavía sigues ahí.
Me gustaría poder servir de más ayuda, sabes que estoy y estaré siempre.
Muchísimo ánimo niña
Te quiero

Alberto Chilet Rumí dijo...

vaya, vuelvo y veo que no todo te va tan bien como desearía... Mira yo creo que si siendo como tú eres la gente se rechaza esa gente no se merece tenerte como amiga, así que tu sigue siendo siempre como eres y encontrarás que a alguien le maravillará tu forma de ser y conocer a esa o esas personas si que valdrá la pena. Anímate y no digas que no haces nada bien porque te contradices, pues hasta para expresar que estás mal escribiendo, lo haces de una forma perfecta...

Anónimo dijo...

¿Dónde andas?