2.2.08

Nada.

Un día quieres escribir sabiendo que por mucho que escribas nadie leerá.
Pero algo falla y no puedes. ¿Qué debes pensar cuando esto te sucede durante una semana?
Podría haber sido una semana rutinaria, sin tristeza porque no te estás muriendo (exageración) pero sin alegría porque nada ni nadie te ha hecho sonreír. Pero, en cambio, no lo es; puede que se deba al frío que hace (como siempre, los del norte hablando del maldito tiempo...) y hace que esté más despierta que nunca, es lo que el frío tiene.

Todo es extraño, un día escuchas una canción o lees un libro, y al acabar te das cuenta de que nada tiene sentido, ¿qué es importante para tí? ¿para quién eres importante tú? ¿qué es darle importancia a algo? Un día te das cuenta de que no eres nadie, que sin algo por lo que luchar o por lo que seguir viviendo tu existencia es menos interesante que la de un topo: no ves nada y por lo tanto no haces nada (mejor no pensar en esta comparación...)

Hay días en los que sólo quieres tumbarte en tu cama a pensar, y bajo el calor de las mantas, odiar a todo aquél que en esos momentos está haciendo algo más interesante que tú. Es irónico, pero podrías salir de la cama e ir a la calle a intentar que tu futuro fuera más que sábados tumbado en la cama, aunque sólo lo consigas con un accidente de coche. Pero no lo haces, hay una parte de tí mismo que es completamente masoquista con tu vida, deseas que tu vida sea insustancial, deseas que alguien te llame por teléfono y te diga "¿vienes?", aunque eso nunca suceda porque tienes el teléfono apagado las 24 horas del día. No sé en otros lugares, pero aquí, hoy hace sol, un sol resplandeciente; y gracias a él todos los adolescentes están en las calles pasándolo bien, en vísperas de carnaval (me da exactamente igual que no sean vísperas de carnaval), haciéndo lo que se supone que los adolescentes hacen.

Yo soy esa persona que se tumba en su cama a pensar, la que, bajo el calor de las mantas envidia a todo aquél que es feliz o tiene una vida más sustancial que la mía. La que, como tantas veces he repetido no tiene una vida de adolescente, sino de algo diferente.
Hay veces que pienso que me he saltado la adolescencia, pero que ni siquiera soy una persona adulta; que no soy nada. He envejecido prematuramente aunque no tenga arrugas y pueda correr quince minutos sin cansarme. Estoy amargada en mi casa, y no porque nadie me obligue, sino porque algo me mantiene atada a este mundo. A mi mundo.
Yo vivo entre libros, entre Internet y los videojuegos, vivo en mi cama, vivo a través de mi ventana. Veo los años pasar sin que nada cambie. Veo cómo debería cambiar y no lo hago. Me resisto a adentrarme en el mundo de los botellones, de la fiesta, de los amigos, ...de la vida. También tengo una vista extremista de lo que es un adolescente actual, pero en parte tengo razón. No me arriesgo y punto. Soy de esas personas que se hace preguntas que nunca le serán respondidas, soy de ésas personas que se pregunta a dónde irán los aviones que pasan encima suya, soy una de ésas personas que no se arriesgan, que viven sin vivir.
Me he saltado muchos capítulos en el libro de la vida, y no entiendo por qué. Ni entiendo por qué no hago nada para cambiarlo.

Incluso hay veces que ni las películas más cómicas que ves te hacen reír.
Incluso hay veces que lloras sin razón alguna, y cuando terminas te culpas por ser débil, por tener que vivir de esa manera, ocultando la persona que en realidad eres.

Piensas que tu vida es una ironía, y que cuando tú desees puedes hacer que tu suerte cambie, que tu vida cobre sentido, y que todo sea igual que en los libros.
Aunque en algunas ocasiones llegas tarde, y no te queda otra que vivir a través de una ventana.

2 comentarios:

Alberto dijo...

Hola me han impresionado tus palabras. Son duras pero muy reales en muchos casos.
Yo soy ciego total, lucho por llevar una vida ilusionada aunque hay tantas veces en las que uno se cansa...
Yo también me refugio en los libros y en este trasto del ordenador.
Anímate, Vetusta es muy bonita y Asturias el paraíso en la tierra.
Te animo a que me visites y conozcas algo más de mí y si esto te puede ayudar a ser un poquito más feliz... pues muy guay.
http://tiflohomero.blogspot.com

Anónimo dijo...

Es un escrito vibrante, te felicito por esto.

Sobre lo de que nadie leerá lo que escribes, alguien me impulsó una vez a participar en un concurso, ello te da ganas de escribir, sabes que alguien que realmente sabe valorará tu obra y, pese a que intuyes que no ganarás, sabes que es un buen comienzo y tienes la agradable sensación de haber acabado algo importante, al menos para ti, dentro de un periodo en el que se te pedía. Tras esto, yo siempre estaré dispuesto a leerte, ya lo sabes.

Eres más importante para las personas de lo que piensas, puede sonar a tópico, pero la familia siempre estará ahí. A veces es una buena forma de refugiarte y de sentirte integrado, la familia nunca suele fallar. Luego están los amigos, verdaderos o no, a los que les importas y aunque (si te pasa como a mí y puede que acierte, por lo que he podido conocer de ti) tú no confíes ciegamente en ellos y no les cuentes realmente cómo te sientes, ellos siempre estarán dispuestos a escucharte y a entenderte. A ellos les importas, pienses lo que pienses, claro que les importas.

Tienes talento, muchísimo, y es normal que creas que pierdes el tiempo pensando, pero recuerda que una escritora como tú, aprende inconscientemente de todo, y todo puede ser retratado con palabras en un escrito futuro. Lo que tú crees pérdida de tiempo es lo que llena nuestros momentos ociosos, leyéndote.

Debes ser una persona madura, por lo que dices, yo recuerdo el año en que empecé a serlo, muy pequeño. Ahora sueño con ser un inconsciente que ignore las circunstancias de sus actos, pero no puedo. Soy así y no creo que cambie. Quiero convencerme de que ser maduro no es un defecto, debe ser una virtud, y si no ahora, creo que acabaremos comprendiéndolo.

En esto difiero contigo, a mí el cine siempre me funciona, jeje. Y si te falla una película cómica ponte cualquiera de Woody Allen y ya verás como tienes carcajada asegurada.

Pues eso, que eres joven, más que yo (cosa rara en estos lares) y te impacienta mirar por la ventana. A mí también. Pero la vida es muy larga y ya tendrás años para ir difundiendo tu talento artístico, que créeme que lo tienes. Nunca se sabe cuando todo puede cambiar.

PD: ¿Corres quince minutos sin cansarte? ¡Deja de quejarte, eres una supermujer!

(Perdona las posibles faltas o incoherencias pero es que no me apetece revisar todo el comentario)